La Carcel

Escrito en mi etapa escolar, esto no es una exageración literaria, es un grito escrito desde la impotencia de crecer encerrado en un sistema que enseña obediencia antes que pensamiento. Hoy, con distancia, no cambio una sola palabra: este texto fue mi manera de resistir desde adentro.

La cárcel es un lugar sin precedentes, donde todos debemos cumplir con normas y exigencias, aquí no se nos brinda la posibilidad de utilizar nuestro pensamiento, si no mas bien, se nos pide seguir reglas y instrucciones. Todo esto parecería normal para describir una cárcel, pero deja de serlo cuando hablamos de centros educativos. Lugares en donde uno espera aprender, termina desaprendiendo. Si bien no es un planteamiento que se vea mucho en tiempos modernos, es algo que si vengo pensando hace bastante ¿Por qué acatar y obedecer ordenes sin chitar si quiera? ¿Es acaso competente ni siquiera preguntar antes de hacer? La verdad es que, estoy  muy disgustado con el establecimiento en el cual me toco “crecer”, tanto así que de este lugar salió puerta al infierno o al cielo, mis peores dolores y mis mejores amores. Sin embargo, el punto central sobre la forma de aprender, es imposible de desviar. Para afirmar esto cuento con una serie de observaciones y anécdotas.

 Parece distopico que el modelo educativo no haya tenido ningún cambio en los últimos 60 años, me resulta triste mas que otra cosa, ya que yo decidí apostar a la educación publica. Innegable es el hecho de que no tuve buenas experiencias en las privadas, pero de aquí tampoco puedo hablar maravillas. Al final del camino, que se desvela este fin de año, me encuentro con que ciertos aspectos no dependían de la institución, si no de los valores de la sociedad. La sociedad dentro de la escuela es un tópico de lo mas curioso, ya que en ellas se crean ecosistemas independientes de cada curso. De niño siempre creí que la crueldad en el humano prematuro es algo normal, pero jamás creería que habría algo mucho peor que eso, la falta de educación. En estos 6 años que llevo dentro de una institución, jamás nos han dado charlas sobre gestión de sentimientos y problemas, de comunicación o de comportamiento, mucho menos de compañerismo o de valores. Muchos dolores e inconvenientes me hubiese ahorrado si así no fuese. Muchos de los que conocí pudieron haberse salvado si el sistema educativo fuese mejor. Por suerte, algunos maestros aspiran a evolucionar y presentan quejas similares sobre como son llevadas a cabo las cosas, sin embargo, podría contar a esos docentes con mis manos. Me parte el alma saber que muchos de los que aquí estamos saldremos igual que como entramos, sin saber nada. Empero me alegra el saber que a quienes me rodean trato de incentivarlos a hacer mas de los que se les pide, a salir de la media, pasando de ser ordinarios, a extraordinarios. Ser una figura a seguir por mis iguales, es algo que llena mi alma, ya que, desde mi perspectiva no existe cosa mas linda que ser motivación de alguien mas, por mismo motivo siempre ofrezco mi ayuda y mi hombro a aquellos que lo necesitan. En la cárcel, aquellos encargados de ayudarnos son los que nos perjudican, no esperes que los directivos tomen cartas en lo que expresas a no ser que pase al consejo o al etab, o en el peor de los casos, hasta que sus cargos estén en riesgo. Aquí tampoco se nos permite tener una mente individual, ni mucho menos desarrollar pensamientos propios, ya que, aquellos que lo tengan serán silenciados por el establecimiento, y mas irónicamente por su ecosistema(curso en el que esta). El hostigamiento social es algo muy normalizado en este tipo de ambientes, una opinión distinta u vision del mundo particular puede llevarte a ganarte el titulo de “marginado” en tu ambiente, así que ten cuidado con lo que dices y cuida tus palabras dentro de la carcel. Tampoco intentes sobre salir de la media haciendo cosas que a los demás les resulten imposibles por que la carga será aun mayor, no destaques por encima de los demás, si a la muerte en vida no pretendes llegar. Tampoco muestres tus bienes u tus recursos a los ojos de los demás pues criticado también serás. Lo que narro se asemeja a la siguiente frase: “no importa lo que hagas, siempre serás criticado” es ironico, vengo a aprender y termino dándome cuenta de que nada puedo hacer y que la cabeza debo agachar.           

 Luego de tanto pensar miro por la ventana y veo la libertad escaparse, mis sueños se van con ellas, un recluso habla conmigo sobre lo triste que es salir siendo ignorante. Lo miro y afirmo, mientras una lagrima cae de mi corazón, vuelvo a saborear esa sensación de esperanza y libertad, imaginando ese momento tan esperado en el cual todos quedamos en libertad, a fin de este año. Pese a mis esperanzas, en el tiempo presente la vida continua, y con ellas los dolores también. En conclusión, trato de sacar lo mejor de este ambiente y mejorar como persona, eso es algo que al menos en esta prisión se puede hacer, combatir contra la desdicha de mantenerse en la línea del mediocre no es tarea fácil, pero tampoco imposible. La frustración no debe vencer a los sueños, la motivación triunfa sobre aquellos barrotes que me impiden ser quien soy, y la creatividad me hace salir a dar un paseo, aunque preso aquí me encuentre. Las emociones lideran al punto de que, aquí dentro me encuentro escribiendo esto. Pese a la adversidad el triunfo se encuentra en mejorar, y siempre que esto sea así, esperanza habrá. 

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